Hay una nueva forma de publicidad en el mundo. Internet acapara la atención de todo en el mercado de la publicidad y el marketing directo, pero sus mensajes están sujetos en una teleraña que encuentra miles de millones de flashes de ese estilo y que para resaltar, no hace falta tener más brillo o espacio.
Por eso, las nuevas campañas publicitarias tienen varios pasajes antes de llegar a la web, pese a que sea indefectiblemente esta última, el lugar más esperado para estar y en muchos casos, también el más accesible. En un comienzo, cuando pocas marcas confiaban en la fidelidad de Internet, simplemente con estar, se generaba una duda, una incógnita y una curiosidad que se traslucía en un click hacia el lugar del cliente.
Luego fueron los mails o cadenas a casillas de correos, también comercializados a grandes valores en bases de datos globales, los que empezaron a llegar a modo de marketing directo, y tuvieron también en el comienzo, grandes resultados. Pero la red es inmensa, entonces hoy ante la gran cantidad, deslumbrar y destacarse no es sencillo.
Entonces la batalla está afuera de la web. Cn camiones publicitarios, con carteles callejeros, con campañas que sorprenden y salen en los medios de comunicación simplemente por ser un acontecimiento en sí mismo y también, claro, la controversia, lo polémico y lo prohibido empiezan a ser herramientas de publicidad masiva en varios países del mundo.
La creatividad está a la orden del día. Pero los camiones publicitarios parecen ser quienes ganan la pulseada hasta el momento, no sólo porque es una publicidad que se está moviendo constantemente, sino porque muchos de ellos están capacitados para tener recepción para diferentes eventos, sillones para alojar a futuros clientes o mismo, cocinas instaladas para preparar las comidas que se publicitan.
De esta manera, también los colectivos o transportes públicos están ganando notoriedad en las denominadas campañas de incógnita. Esto se debe a que los creativos se están inclinando por generar intriga en sus clientes a partir de publicidades inconclusas, con mensajes fuertes, pero que para conocer el total del producto deben entrar en su sitio web. Al cabo, todos los caminos conducen a Internet.
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